Anteriormente ya hemos hablado sobre los miomas y las causas o motivos de su aparición entre las mujeres en edad fértil. La desinformación de parte de la población y la dejadez en lo que se refiere a las revisiones ginecológicas llevan a que este tipo de formaciones pasen desapercibidas en el cuerpo, asumiéndolo como achaques y dolencias propias del periodo menstrual de la mujer. Por este tipo de motivo, la diferenciación y conocimiento de los síntomas exactos de los miomas y los pólipos uterinos suelen pasar inadvertidos. Ambas dolencias presentan rasgos que, en mayor o menor medida, sí hacen diferenciables los térmimos.
Así pues, ¿en qué consisten exactamente cada una de estas patologías? Desde Centro Ginecológico Lúa te ayudamos a informarte para que comiences a comprender mejor tu cuerpo.
Diferencias entre miomas y pólipos
Es cierto que tanto miomas como pólipos son un problema frecuente con respecto al útero y su funcionamiento. Sin embargo, pese a compartir algunos síntomas, es importante diferenciar ciertos aspectos que marcan el límite entre una y otra dolencia.
La principal diferencia entre los pólipos uterinos y los miomas reside en sus dimensiones y peso. Es cierto que las dos patologías son formaciones benignas en la pared del útero, pero el tejido que lo conforman no son el mismo. Mientras que los pólipos se generan con tejido endometrio, los miomas son una formación de músculo uterino, lo que los hace más pesados.
Además, los primeros no llegan a medir más de unos centímetros, lo que hace imposible que se puedan apreciar por un palpamiento, como sí ocurre con los miomas. Estos pueden llegar a tener un gran tamaño y un peso considerable, lo que conlleva a posibles dolores abdominales y lumbares, además de calambres, que afecten a la vejiga y que pueden provocar cierta incontinencia.
El tamaño de las masas y sus síntomas
No obstante, el menor tamaño de los pólipos tampoco es beneficioso, pues su pequeñez hace más complicado apreciar su existencia. Uno de sus síntomas frecuentes es el abundante sangrado en la regla y las ligeras molestias abdominales, los cuales pasan desapercibidos y se atribuyen a algo normal en el periodo.
Junto con estas molestias, los miomas presentan un mayor grado de dolor e incomodidad muscular, pues su tamaño genera presión sobre los órganos, lo que lleva a ese dolor abdominal y lumbar, e incluso puede afectar a las piernas. Otro mal muy común es el estreñimiento durante la menstruación.
El hecho de que no sean males que pongan en riesgo la vida del convaleciente, no los exime de riesgo. La existencia de estas masas en el útero es en gran parte el motivo por el cual muchas mujeres se ven imposibilitadas para tener hijos y están obligadas en algunos casos a someterse a cirugías de extracción.
No debemos permitir que la falta de información sobre nuestro propio cuerpo siga siendo algo tan habitual entre la sociedad. Desde Centro Ginecológico Lúa reiteramos la importancia que tiene informarse para evitar enfermedades o dolencias más graves en un futuro.
El conocimiento es la base de una vida sana. Pide una cita en nuestro centro y consulta con más detalle este tipo de dolencias.