¿Mejorar la intimidad? Empieza por ti misma
Cuando nos sentimos bien con nosotras mismas, se refleja en la salud de nuestra relación. Nuestra pareja estará más a gusto, y eso nos hará alcanzar niveles de satisfacción sexual mucho mayor. Para ello, tenemos que empezar por querernos a nosotras mismas.
¿Crees que puedes mejorar tu relación de pareja? ¿Te sientes insegura de tu atractivo y eso repercute en vuestras relaciones sexuales? A menudo, no nos damos cuenta de que nos exigimos también mucho en este terreno. La sociedad occidental nos ha impuesto una serie de patrones de belleza inalcanzables para el 99% de las mujeres.
Estamos tan influidas que percibimos ciertos rasgos personales como defectos físicos, porque no se corresponden con lo que, según las revistas o la televisión, debería ser lo bello. Nos preocupamos más por esconder esa “tripita” o ese muslo un poco más redondeado que lo que marcan los cánones ideales, que por disfrutar de nuestro cuerpo.
No debemos confundir un cuerpo perfecto con el arte de erotizar y de gustar. Todos los cuerpos pueden ser eróticos si nos lo creemos y nos comportamos como mujeres sensuales y femeninas, puesto que nacimos con esas cualidades y sólo tenemos que expresarlas. Nuestra relación saldrá ganando.
Comunicación a través de los sentidos
Pensemos cómo reacciona nuestro cuerpo cuando nuestra pareja despierta nuestro deseo: nos toca, nos acaricia… Nos hace estremecernos, notamos cómo nuestra piel se eriza ante su contacto. En estos momentos, un vientre plano, unos pechos perfectos o unas caderas prietas tienen muy poco que ver con el erotismo. Se trata de comunicación, lo que vulgarmente se conoce como “química” entre dos personas.
Y muchas veces, no nos damos cuenta de que somos nosotras las que bloqueamos el flujo natural de esa erótica con nuestros complejos. Hagamos memoria de aquellas cosas que nuestras parejas han destacado de nosotras como sexys: a lo mejor es ese lunar que te acomplejaba de pequeña, o esa barriguita con la que llevas años luchando pero que tu pareja te repite una y otra vez que le encanta…
En cuanto a la vista, se ha demostrado que un cruce de miradas activa mucho más la sexualidad que observar un cuerpo perfecto. Y ¿a quién no le agrada que le susurren tiernas palabras o frases llenas de deseo al oído?, y qué tan importante es el olfato en estos momentos: seguramente podríamos reconocer a nuestra pareja con los ojos cerrados sólo por su olor. Por último, no podíamos olvidarnos del gusto, no hay nada que sepa mejor que el beso de tu amante.
Así que es momento de mirarnos al espejo y reconocer todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo, poner la mano sobre ellas y decirnos a nosotras mismas “amo esta parte de mí.” Aceptar nuestro cuerpo y nuestras formas femeninas, sean como sean, es de gran importancia para poder disfrutar sexualmente.
Recuerda que cuando nos sentimos bien con nosotras mismas, se refleja en la salud de nuestra relación y la comunicación con nuestra pareja será más fluida y estará más a gusto, y eso nos hará alcanzar niveles de satisfacción sexual mucho mayor.
Fuente: Natalia Domínguez, sexóloga