Las relaciones sexuales son un aspecto íntimo que forma parte de la base de toda pareja. Si bien en muchas ocasiones no tiene por qué suponer un conflicto o problemática, existen casos en los que puede existir molestias para la mujer a la hora de mantenerlas. ¿A qué puede ser debido?
Hay múltiples aspectos y situaciones que pueden condicionar la experiencia de las relaciones sexuales, en especial la penetración. Principalmente, hay dos tipos de molestias vaginales que pueden ser el principal motivo de que se originen las relaciones sexuales dolorosas y no placenteras.
Desde el Centro Ginecológico Lúa en Vigo, ofrecemos información de interés sobre ellos, denominados como dispareunia y vaginismo, englobados en lo que se denomina Trastorno del dolor genital-pélvico / Trastorno de penetración.
Dispareunia
La dispareunia es la dolencia que atañe directamente a las molestias durante la penetración, pero pudiendo llegar a producirse esta. Se clasifica por su localización y su relación con el coito:
- Superficial: el dolor se produce a nivel vulvar.
- Vaginal: el dolor se produce a lo largo del canal vaginal
- Profunda: el dolor es más interno
Respecto su relación con el coito, puede producirse al inicio de la penetración, a lo largo de todo el coito o sensación dolorosa acompañada de escozor al terminar.
En las dispareunias se deben descartar los factores orgánicos y, si existen, tratarlos. Por ejemplo las infecciones vaginales, dermatosis, la sequedad vaginal, el síndrome genito urinario de la menopausia, cicatrices de episiotomías o de cirugías previas, vulvodinia, afectación del nervio pudendo, prolapsos, etc.
Por ejemplo, el tratamiento con láser, con ácido hialurónico, hidratantes... Pueden ser una buena solución.
Por otro lado, la dispareunia también puede estar ligada a causas psicosexuales, aunque en menor medida. Esto se refiere a la falta de estimulación y/o lubricación, posturas o hábitos que condicionan las relaciones sexuales.
Es importante que, frente a una no remisión de las molestias sexuales, se acuda a un especialista pues, en ocasiones, la dispareunia puede ser el inicio de un vaginismo.
Vaginismo
Se considera como la dificultad persistente y recurrente de conseguir la entrada en la vagina del pene, de un dedo o de algún objeto, a pesar de los deseos de la mujer de hacerlo y habiéndose descartado anomalías físicas.
La característica principal es a la contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina, del tercio externo de la vagina y del elevador del ano, y puede acompañarse de una reacción en todo el cuerpo: contracción de glúteos, sudoración, falta de aire.... De esta manera, esta es prácticamente imposible de conseguir la penetración.
La existencia de vaginismo no presupone ausencia de excitación o problemas con el orgasmo, de hecho muchas mujeres tardan años en consultar porque sus relaciones sexuales son satisfactorias en cuanto a otras prácticas sexuales diferentes al coito.
Existen varias subcategorías:
- Vaginismo primario: el 90% de los casos
- Vaginismo secundario: aparece después de una época sin problemas con la penetración
- Vaginismo situacional, parcial o completo
Para comenzar con el tratamiento del vaginismo, en primer lugar, hay que descartar causas físicas como pueden ser las malformaciones vaginales, himen rígido o con bridas...
No obstante, es habitual que tras este problema no haya una causa orgánica y se debe enfocar la solución a la realización de psicoterapia, habitualmente cognitivo-conductual y terapia sexual incluyendo instrucciones sobre conocimiento de la zona genital y su control sobre la tonicidad y relajación y el uso de dilatadores, biofeedback... Suele ser una terapia muy efectiva con muy buenos resultados.
Otros condicionantes: miedos en las relaciones sexuales
Los miedos juegan un papel crucial en las relaciones sexuales. Inquietudes como el quedarse embarazada o la certeza de sufrir molestias y dolor intenso en el momento de la penetración, son solo algunos de los aspectos que pueden condicionar las relaciones, así como también el miedo a contraer enfermedades de transmisión sexual.
Otro condicionante es, sin duda, el estado de la pareja. Los problemas en la relación pueden repercutir considerablemente las relaciones sexuales.
¿Cómo solucionar los dolores en las relaciones sexuales?
En cualquier caso, es de lo más aconsejable consultarlo con un especialista. En el Centro Ginecológico Lúa ponemos a su disposición el estudio de cada caso y la orientación para la mejor solución.