- La ginecóloga y cirujana Rosa Darriba resalta que las citologías ordinarias no sirven para detectar estadios iniciales del cáncer de endometrio, por lo que hay que vigilar los síntomas
- Esta patología tiene una alta tasa de curación en estadios iniciales y supervivencia global a los cinco años de entre el 80 y el 85%.
- La cirugía robótica por el robot quirúrgico DaVinci, permite una mayor precisión y un menor tiempo de recuperación que cualquier otra técnica.
El cáncer de endometrio es el tumor maligno más frecuente del aparato reproductor femenino, y el segundo con más mortalidad. Con todo, tiene una alta tasa de curación en estadios iniciales y una supervivencia a los cinco años de entre el 80 y el 85 por ciento. Por eso, la prevención y la detección precoz es fundamental. La cirujana y ginecóloga Rosa Darriba Marino, recomienda estar muy atenta a los síntomas, fundamentalmente al sangrado anómalo, ya que la citología periódica no es suficiente para determinar la existencia de este tumor.
Rosa Darriba explica que el endometrio es la mucosa que recubre el interior del útero, que -en cada ciclo ovulatorio de la vida fértil de la mujer- sufre “una serie de cambios para, en caso de que se produzca la fecundación, estar receptivo y poder producir la implantación del embrión y la formación de la placenta”.
El cáncer de endometrio es el tumor maligno más frecuente del aparato reproductor femenino y el segundo en mortalidad después del cáncer de ovario. Es, también, el tercero, en frecuencia en la mujer tras el de mama y el de intestino. En 2017, en España, se registraron 5.500 nuevos casos; y en los últimos 30 años, el incremento en el número de diagnósticos y de la incidencia, es de un 15 por ciento anual, asociado a una mayor mortalidad provocada por la enfermedad.
Los factores de riesgo más frecuentes en este tipo de cáncer es la edad avanzada, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, síndrome metabólico, inicio temprano de la menstruación, menopausia tardía, exposición a estrógenos exógenos sin contraposición de gestágenos, ciclos anovuladores como el síndrome de ovario poliquístico, no haber tenido hijos, antecedentes de cáncer de mama y tomar tamoxifeno, un tratamiento para el cáncer de mama.
Aproximadamente cuatro de cada diez casos se diagnostican en mujeres de 65 años o más y frecuentemente se asocia con otras enfermedades, lo que en ocasiones dificulta el diagnóstico y tratamiento. Otro 25 por ciento de los casos se diagnostica en mujeres de menos de 55 años; y entre el cinco y seis por ciento, en edades comprendidas entre los 35 y 44 años.
El sangrado anómalo, primer síntoma
Esta patología no se detecta con las citologías periódicas, por lo que la Dra. Darriba recomienda estar muy atenta a los primeros síntomas, y consultar con un especialista cualquier duda al respecto.
El diagnóstico se produce después de una serie de pruebas y una investigación por parte del especialista en Ginecología y Obstetricia. La Dra. Rosa Darriba recomienda consultar siempre con el especialista cualquier sangrado genital anómalo, ya que es un “signo fundamental de sospecha y debe de ser siempre investigado”, tanto si se trata de pérdida de sangre o flujo rosado o marronáceo en la postmenopausia, las pérdidas intermenstruales o menstruales anómalas, o abundantes en la perimenopausia; o las secreciones purulentas por los genitales.
También es importante tener en cuenta la posible existencia de lesiones precursoras (como la hiperplasia, hiperplasia atípica, o pólipos con atipias) que se pueden detectar y tratar gracias a las revisiones ginecológicas periódicas.
Ante estos casos, es recomendable hacer una ecografía transvaginal o transrectal para visualizar el endometrio. Cuando esta imagen, bien por su grosor, bien por sus características ecográficas confirman la sospecha, es aconsejable realizar, también, una biopsia de endometrio, que se puede hacer directamente o tras la realización de una histeroscopia, lo que permite ver directamente la cavidad uterina y realizar la extracción de tejido bajo visión directa. Estas pruebas se pueden realizar en consulta.
Tras la confirmación del resultado de la biopsia se realizan otras pruebas para el estudio de la extensión de la enfermedad, como son una resonancia, una analítica y un TAC.
Tratamiento quirúrgico
Prácticamente todos los casos (salvo aquellos en los que haya una contraindicación médica) son susceptibles de una solución quirúrgica a que facilitará la curación. En función del resultado de la cirugía, el tratamiento se podrá completar con radioterapia y/o quimioterapia. Este tipo de cánceres tiene una alta tasa de curación en estadios iniciales, con supervivencias globales a los cinco años de entre el 80 y el 85 por ciento de los casos.
La cirugía de cáncer de endometrio dependerá del tipo de tumor, de la penetración de este en el miometrio (la pared del útero que rodea al endometrio) y del resultado de las pruebas. La intervención puede llevar asociada una histerectomía (extirpación del útero) y de las trompas y ovarios. En ocasiones, también se realiza una linfadenectomía (extraer los ganglios de la pélvis) y de ellos ganglios alrededor de la arteria aorta y la vena cava.
Debido a la delicada zona en la que se debe de trabajar, el abordaje laparoscópico asistido por robot es, según la cirujana Rosa Darriba, la mejor opción, puesto que “ha demostrado su eficacia” especialmente en las pacientes con comorbilidad asociada.
De hecho, las intervenciones quirúrgicas realizadas con Da Vinci son más efectivas, de más alta precisión, y mínimamente invasiva de cuantas existen actualmente, aumentando la calidad de los resultados.
Esto se traduce en mayores tasas de curación, menor tiempo de hospitalización; una considerable reducción del sangrado durante la intervención y, consecuentemente, las posibilidades de transfusión; un mayor grado de precisión del cirujano, con un rango de movimiento muy superior a la mano humana; y, al mismo tiempo, minimizando el riesgo de complicaciones quirúrgicas y postquirúrgicas. También garantiza una mejor funcionalidad y una vuelta más rápida a la vida normal.
La Dra. Rosa Darriba cree que la cirugía robótica con Da Vinci es “más delicada, limpia y respetuosa” que cualquier otra técnica quirúrgica. Su uso en esta especialidad está autorizado desde 2005. Desde entonces, en Estado Unidos su uso ginecológico ha ido creciendo sustancialmente hasta el punto de que en 2018 aumentó un 48% respecto del año anterior.
Noticia extraída de: https://vithas.es/corporativa/noticia/el-hospital-vithas-vigo-llama-la-atenci%C3%B3n-sobre-el-incremento-de-casos-de-c%C3%A1ncer-de-endometrio-en-los-%C3%BAltimos-a%C3%B1os/2977